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nymphomaniac(Por Carlos Torres Trejo)

La semana pasada tuve la oportunidad de ir a ver el estreno en mi ciudad, Toluca la Bella, de la película Ninfomanía Vol. 1 del director danés Lars von Trier. He de confesar que soy fan y seguidor de von Trier, trabajos como Melancolía, Dogville o Manderlay me han parecido a lo sumo propositivos, y aunque las estructuras narrativas que genera no son del todo fáciles de seguir, ya que mezcla un sin número de recursos, sí es de considerar como uno de los directores contemporáneos con más presencia a nivel internacional, y de paso, uno de los que más polémicas ha generado alrededor de sus obras.

Ninfomanía pertenece a la tercera entrega de la Trilogía de la Depresión, en cuyas otras dos entregas se encuentra Anticristo (2009) y Melancolía (2011).  Ésta se encuentra dividida en dos entregas, de las cuales se han hecho dos versiones. La original dura 5.5 horas y una versión censurada de 4 (que será la que se exhiba en nuestro país) donde gran parte de las escenas consideradas “pornográficas” han sido editadas debido a los criterios de proyección de cada país en vista de su mayor comercialización.

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Ninfomanía nos cuenta la historia de Joe (Charlote Gaisbourg), quien tras una larga serie de experiencias sexuales se reconoce a sí misma como ninfómana (adicta al sexo) y a sus 50 años reconoce que padece tal enfermedad. Al inicio de la primera entrega, es encontrada toda llena de golpes en un callejón por Seligman (Stellan Skarsgard), un hombre mayor quien la llevará a su casa para brindarle ayuda. Mientras éste último cura de sus heridas, Joe, quien se siente culpable por su condición, comienza a contarle su historia y la razón de por qué la encontró en tal estado. Hará todo un recorrido por su vida, desde su temprana adolescencia hasta su vida adulta, contando cada uno de sus pasajes sexuales y las reflexiones psicológicas y morales que la han llevado al estado de culpa.

 

En teoría la película se vislumbra como una cinta innovadora en tanto temática, guión y recursos técnicos. La simple idea de mostrar la historia de una mujer que acepta abiertamente su vida sexual, llena de desenfrenos y excesos, la pone ya en tema de debate. La idea es mover los márgenes creativos, más allá de la mera exhibición morbosa del sexo, usando metáforas visuales y mezclándolas con humor, ironía, y una serie de comparaciones y alusiones científicas y filosóficas que llevan a entender el por qué de la vida de esta mujer, y cómo responde hasta cierto punto a sus instintos naturales a partir del deseo.

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Por desgracia, he de reconocer, que aunque siempre es un deleite la fotografía y musicalización a la que von Trier apela, la película en sí no alcanza su objetivo. Con una narración que más bien se vuelve sosa y en ocasiones hasta aburrida, cuenta con una serie de relaciones extremadamente poéticas con el acto sexual, que definitivamente no acaban de cerrar en pantalla. Si bien las metáforas visuales son interesantes, en ocasiones se vuelven demasiado explícitas y se abusa de su explicación, quitándole el real encanto al recurso.

Aunque bien construida desde el aspecto de la culpa y la doble moral, en ocasiones los capítulos, en especial aquel referido a la muerte de su padre, se muestran a lo sumo melodramáticos. En esencia se entiende que cada capítulo, debido a los cambios de texturas y técnica de filmación apelan a diferentes géneros narrativos. Sin embargo, se recurre a un dejo de exageración y drama que francamente se siente más cercano al cliché que al verdadero análisis psicológico.

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Las conversación entre Joe y Seligman en ocasiones se siente demasiado forzada, y en muchas ocasiones la culpa de ésta viene dada sólo por el frenesí y el comportamiento compulsivo. Se establece la idea de ella como un otro enfermo, desde donde hay que analizar su caso. La historia entonces genera una distancia muy grande entre espectador y elenco, donde es difícil encontrar ecos y una complejidad narrativa certera; está enferma y por eso se porta así, punto.

Me parece que lo más rescatable de la película es la escena Mrs H. (Uma Thurman). Ésta al enterarse que su marido ha decidido dejarla por Joe, lo sigue junto con sus hijos. Al encontrarse en una incómoda situación, donde se reúnen Joe, Mr. H, Mrs H y otro de los amantes de Joe, se desata una escena que va desde la risa hasta la ira, y donde Mrs. H. Entre el dolor y la furia explota. Un trabajo digno de reconocerse por todos los matices de la personalidad y la psicología de Mrs H. quien sin hacer realmente “una escena” arrasa con todos los presentes en el departamento, incluyendo sus hijos. Hasta un nudo en la garganta se te hace.

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Fuera de esto la película en sí no logra cerrar en tanto la intención de la liberación sexual que plantea. Más bien cargada de culpa y un grave trastorno psicológico, las escenas se construyen de manera simplista en ocasiones abusando de una extrema poética, una demasiado evidente.

Ahora bien, tendremos que esperar a la segunda parte de la película, que quizá nos logre dar una sorpresa o quizá sólo caiga en un gran abismo como Anticristo. Sinceramente tendré que buscar la versión extendida, a lo mejor hay partes importantes que me perdí. Por lo demás, en definitiva, no me parece ni por mínimo, la película más sobresaliente de la trilogía, me sigo quedado con Melancolía como mi favorita de todas.

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